¿Imaginas poder repetir un día malo y convertirlo en el mejor día de tu vida?

Ésta es la historia de cómo un día pensando en lo mal que me fue cuando tenía 15 años con un muchacho que me gustaba y todas las cosas que cambiaría de esa historia teniendo 30, se convirtió en realidad; de repente quedé embriagada en un profundo sueño en donde repetía ese día y ya sabía perfectamente qué hacer y cómo hacerlo; conocí a ese muchacho, hablamos hasta el cansancio, compré dos panes (en vez de no brindarle nada y quedarme con todo yo), sabía que le gustaba la natación porque al conocerlo ya tenía conciencia de qué le gustaba y qué no, el día surgió hermosamente. Pero yo guardaba un gran secreto conmigo, y era el hecho de que podía viajar en el tiempo y repetir mis días malos, a través de ensoñaciones profundas (que cualquiera diría que eran simples sueños) pero eran mucho más que eso, ya que estando en ellos podía distinguir el hecho de que no era un simple sueño sino una completa realidad lo que estaba viviendo yo en ese momento. El hecho de que tuviera la madurez de una mujer de 30, en el cuerpo de una niña de 15 empezó a generar sospecha entre todos mis amigos y el hecho de que mi aspecto hubiera cambiado tanto; lucía más cansada especialmente en los ojos que tenían ciertas líneas de expresión como si ya hubiera vivido mucho más que una simple niña; intenté comentarle a mi madre y a mi padre lo que pasaba y simplemente no le tomaron atención, más si se asustaron porque era cierto todo lo que decía sobre mi aspecto que estaba bastante deteriorado; poco a poco y sin saber cómo el rumor se fue expandiendo entre mis amigos y conocidos todos anonados (y un poco envidiosos de mi supuesta habilidad); Más lo qué en ésta historia lo que se quiere contar es la historia de cómo el peor día de mi vida se convirtió en el mejor, al salir con Leonardo y saber todo lo que le gustaba y saber cómo comportarme, comencé luego a salir con él más seguido, hasta hacernos novios y estar juntos en una de esas noches, más yo sabía que Leonardo no era precisamente un muchacho responsable y qué si yo llegara a quedar embarazada, el me abandonaría. Para mí no tan sorpresa esto fue así, quedé embarazada y al comentarle a Leonardo él me dijo que no era ninguna sorpresa para él, que se lo imaginaba y ya había visto que esto pasaría, más que él estaba seguro que ni ésta ni en otra vida él se haría cargo de ese niño, dejándome a mi suerte contigo, Manuel. Al final decidí tenerte con sólo 17 años y una enfermedad venerea encima (que él me contagió), con las peores condiciones en el que se puede tener un niño y deseando no haberte tenido nunca.

Cuento ésta historia con lágrimas en los ojos pero de felicidad porque en verdad nada de esto ocurrió nunca, nunca naciste, Manuel y ésta carta nunca fue escrita. A mis 30 nunca repetí un día malo, ni predije lo que iba a pasar y menos mal, porqué de ser así hubiera convertido ese terrible día en el mejor de mi vida (Hasta que me hubiera dado cuenta que estaba mejor así como estaba) porque de haber repetido hubiera quedado embarazada, tenido una enfermedad de transmisión sexual y un hijo no deseado, más muchos sueños inconclusos y no como estoy ahora, que tengo 30 años, primer hijo dentro de poco, muchos idiomas aprendidos, muchos países recorridos, cero enfermedades sexuales y cero hijos no deseados

Simplemente lo que tiene que pasar, pasa y lo que no no; no repetir el peor día de tu vida a veces es la mejor elección porque podría cambiar completamente tu vida (una vida que de por sí sóla, ya es muy buena)