Inhala profundo, uno, dos, tres, cuatro, exhala profundo. Trato de buscar la concentración y se dificulta, han sido 28 días muy agitados, ir, venir, volar, pasar de 1700 metros de altura a 2600, hincharte, mojarte, incomodarte, trabajar 24/7 sin descanso, odiar a tus amigos, compañeros de trabajo, odiar a tu pareja, enamorarte de nuevo. Se acaban los días de este mes y me quedan 48 horas para escribir 1000 palabras, no como una obligación o compromiso, más bien como algo que me debo, como esas mil palabras que transformarán mis emociones en ideas y pensamientos. He pensado en varios temas que quisiera abordar y ayer mientras tenía un día lento, luego rápido, caótico. Muchas emociones se cruzaron.
Al ver a mis socios de trabajo me llené de rabia, los odie y me volvió a pasar, fui incapaz de saludar. Odio cuando estoy tan emotiva y olvido ser diplomática, frunzo el ceño y caigo en el horrible acto de no saludar, es extraño pero a pesar de que es algo que me hace sentir muy mal no lo puedo evitar, me pasa mucho con las personas que no me caen bien o que no me generan confianza, los violento con mi mirada perdida y mi silencio.
En el momento pensé, debería escribir sobre esto, ¿por qué me cuesta tanto saludar? será un buen ejercicio de introspección. Mientras pensaba en ello uno de mis compañeros de trabajo se sienta a mi lado, se veía tan limpio, radiante, con una camisa rosa y su color de piel chocolate, me sacó de todos mis pensamientos de odio, sentí la distensión, mis hombros cayeron y en mi estómago el hormigueo se activó, pero obvio yo la iba a cagar. Terminamos en una discusión acalorada mientras yo me quejaba del estúpido sistema laboral, la dogmatización del conocimiento y la gente que se deja someter por la normalización de lo anterior y la repulsión que eso me genera, cuando terminé de rebuznar mi queja ¡pumm! lo miré y me di cuenta que estaba hablando de su trabajo, su rutina y su vida. Soy la peor.
La cagué, ¿Cómo pude decirle eso? sé que no lo tomará como una queja contra él porque no es ese tipo de persona, pero me quedo con ese ruido ensordecedor en la cabeza, ¿por qué le dije eso? ¿por qué justo a él? mmm algo extraño hizo el subconsciente, auto sabotaje. Lo sé.
Mientras discutía con ese hombre hermoso de chocolate, pensaba en por qué me afecta tanto que crean en mis palabras. ¿Por qué siento la necesidad de demostrar que sé algo? ¿Por qué me importa tener la razón?
Tenías razón
Abril, 2012
Los temores y deseos nacieron en un día como hoy, hace mucho tiempo. Ese año comencé a cuestionarme por qué soy así, me ganan las emociones, las inseguridades que me dejan siempre en un bucle de conversaciones, es por eso que comencé a estudiar la sombra, el autorretrato y el yo.
En la oscuridad una luz difusa proyecta una sombra,
en un espacio umbrío
se abre un vacío.
Entre la luz y la sombra
un silencio.
He encontrado este papel, es blanco y pequeño, comienzo a dibujarme, a dibujarlo a él. Nos dibujo sentados en un techo. Noto como las imágenes de los dos flotan como fantasmas en un papel sin fondo, este papel debería ser traslúcido, entonces hecho linaza alrededor del dibujo, parece engrasado, me gusta. Lo guardo dentro de un cuaderno.
Con el tiempo el papel se oxidó, alrededor de la imagen quedo un tono amarillo evocando la ausencia de los cuerpos. Parece más la representación de dos espectros. Siempre te preocupó lo que otros percibían de ti ¿Cómo era que hablabas con tu reflejo? ¿Con tu temor? Quería compartirte este espacio, espero sea íntimo para los dos.
Las preguntas surgen casi sin querer, alimentadas por emociones y fragmentos de la cotidianidad. Toman forma a través de un arquetipo cuya esencia es la sombra. Ese rastro que mi cuerpo proyecta ha encontrado un lugar en este dibujo, ahí se detendrá por un tiempo, pero lo cierto es que no posee un lugar fijo, es el espectro de un reflejo de otro, del yo, del otro yo.
Noviembre, 2024
¿Quién soy yo?
Ramana Maharshi
A pasado tiempo y al contemplar ese dibujo me dejo llevar, comienzo a escribir sobre él, la tinta se riega y todo se vuelve una mancha. Me doy cuenta de que sobre ese dibujo cayó la rabia, palabras e insultos, todos dirigidos a mi. Recuerdo el libro de almohada de Shei Shonagon, el libro de los secretos.
“Dedos: una mano no puede escribir sobre sí misma”
Los sentimientos alrededor de esta catarsis ya no los recuerdo. Te concedo entonces la imagen que ya no me pertenece, habita en la virtualidad y es una sombra en un espacio digital.
Sombras se convierten en personas
La literatura recurre a la sombra para crear las historias más increíbles e imaginarias, las sombras se convierten en personas al desprenderse de ellas, o simplemente los seres formados por sombras son inexistentes. La sombra es creada por luz, es el reflejo de una persona o cosa. Pero, también es fantasma, deambula sin corporeidad, habita el mundo de los muertos desde la antigüedad; a esta extensión de mi cuerpo, sin cuerpo, la busco en un dibujo, mientras ella siempre me encuentra en la emoción.
Esta sombra está enmarañada,
no se quiere ir
quiere jugar y deambular.
La quiero mirar sin pensar
en lo que podría pasar
cuando esté frente a mí.
¿Cómo hace para existir?
ser y confundir.
Así como en el cuento de Hans Christian Andersen, la sombra se desprende del cuerpo, se emancipa y recorre el mundo con el deseo de convertirse en persona. En su travesía, se disfraza y engaña a quienes la observan, vaga por los recovecos de la imaginación, alejándose cada vez más de su origen, su existencia se basa en el engaño de quienes la perciben.
El concepto de sombra ha sido abordado desde múltiples perspectivas. En psicología, se entiende como la manifestación de todos aquellos aspectos que, en el ejercicio de la interacción social se ocultan, pensamientos reprimidos, miedos y deseos. La sombra representa esa realidad que preferimos no reconocer ni aceptar.
Desde otros campos del pensamiento, la sombra se interpreta como la forma que nos representa en espacios que no podemos habitar físicamente, o como el reflejo de un cuerpo que ha dejado de existir, convirtiéndose en un símbolo de ausencia y presencia simultánea.
Me es muy difícil la cohesión
Una sombra camina por una línea entre el 2012 y el 2024, la acabo de ver pasar, le voy a preguntar ¿por qué ese río de barro deja al caminar?
Me responde con sarcasmo: a pesar de que el tema lo estudias hace años sigues cayendo en el juego del engaño.
Sigue escarbando y oro encontrarás.
¿Con todo ese brillo qué harás?
Al final del día,
así remuevas la tierra
igual miserable te sentirás.
Un ejercicio de concentración
Quería desenredar las ideas y para eso hice esta lectura de tarot, pero como anunciaba el párrafo inicial, frente al caótico tiempo de escribir en solo 48 horas se me dificulta la cohesión de palabras, sentimientos y pensamientos. Igual te comparto el ejercicio, es una conversación entre las pregunta ¿Quién soy yo? y ¿Cómo logro disociar el yo?
En el Elixir de Rey, vas a pensar.
En el Palo de Bastos VII, sentirás.
Mientras en el Palo de Oros VI, actuarás.
By Kellposky