Una aclaración necesaria
Hace unos días le pedí a @sttsm y a @fabs8702 que me enviaran la relación de países donde vivimos los miembros de nuestro sitio cultural. Fue algo gracioso porque quien respondió fue @mooncha. Recuerdo que reí un poco porque, cuando Fabián fue a responder, @sttsm le escribió diciéndole: ya @mooncha lo hizo.
Nuevamente, tuve que acudir a Mooncha, para que me ratificara el nombre de estos países, pues, no quería que nadie se quedara fuera de este trabajo.
Aclarado lo anterior, ya van a saber el porqué de mi necesidad por saber los países que habitamos en Sitio.
Los invito a esta aventura y espero que lo disfruten tanto como yo.
Viaje cultural
Cuando pregunté el nombre de los países, lo hice con el objetivo de sacar un boleto y viajar por cada uno de ellos. Sería un viaje largo, agotador, pero renovador porque conocería a lugares de los que siempre les hablaba a mis estudiantes en las clases de Geografía.
Pero, el objetivo esencial de este viaje sería conocer a las personalidades o referentes culturales de cada uno de ellos y poder tener una conversación sencilla para que cada uno de los que habitamos el sitio cultural pudiéramos conocer algunos de los que nos han inspirado a escribir, dibujar, hacer poesías, componer y cantar canciones, hacer videos o, sencillamente, nos han deleitado con sus actuaciones teatrales.
Salí directo al aeropuerto internacional José Martí de La Habana, Cuba. Mi primer país era Colombia. Mi esposa me sugirió que hiciera el viaje desde los lugares más lejanos hacia los más cercanos o que comenzara por el sur hacia el norte o viceversa.
Sin embargo, una razón me hacía comenzar por Colombia y nada ni nadie me podría desviar de esta idea.
Llegué a Bogotá y enseguida comencé a escuchar la contagiosa música colombiana, pero, mi objetivo estaba claro y no los integrantes de la selección nacional de fútbol donde juega James Rodríguez me harían apartar de mi objetivo.
Agarré un taxi en el centro de la ciudad y le dije al taxista que me llevara a una dirección donde me esperaba Gabriel García Márquez, quien es uno de mis autores de cabecera y a quien admiro muchísimo. Un colombiano me dijo que yo estaba loco porque el “Gabo” estaba muerto y le respondí como Ricardo Arjona, en una de sus canciones: “Lo que se ama nunca muere”
Llegué, toqué y abrí. Una figura me invitó a pasar y me dijo que me acomodara. Luego vino con una taza de café, que es uno de los mejores del mundo.
La conversación comenzó. Yo en función de periodista improvisado y el Gabo respondiendo mis preguntas.
Hablamos de todo lo que tenía pensado, pero, no podían faltar mis preguntas sobre dos libros que son de las genialidades literarias de García Márquez: Cien Años de Soledad y El Amor en los Tiempos del Cólera.
Él me explicó cómo recreó a Macondo y cómo concibió la historia del Amor en los tiempos del Cólera. También hablamos de su premio Nobel y de su pasión por el cine. ¡Qué maravilla esta primera visita!
Después de hablar con el Gabo, me encontré con Shakira y Carlos Vives, que estaban ensayando su tema, la Bicicleta, que interpretarían nuevamente, en un concierto que daría la cantante colombiana.
Sin necesidad de agarrar otro avión y aprovechando la frontera terrestre, llegué a Venezuela. Esta es una tierra que amo mucho porque ha sido el único país que he visitado fuera de Cuba y del que amo a su gente, las bellezas naturales, sus tradiciones y su comida.
Venezuela tiene una rica historia literaria, entre la que destacan varios, como Andrés Bello, Miguel Otero, Teresa de la Parra, y Rafael Cárdenas, entre otros. Sin embargo, con el que pude entablar conversación fue con Rómulo Gallegos, a quien interrogué sobre el proceso de creación de su novela “Doña Bárbara” y la construcción de cada uno de sus personajes.
Pero, hay algo que siempre he admirado de Venezuela: Su música. Y, no me refiero solo a la música llanera, a los cultores del 4 venezolano o a los que conservan el joropo. Mi admiración es por la música salsa y el gran Oscar de León.
Llegué justo a tiempo al teatro Teresa Carreño de Caracas. Antes de comenzar el concierto, me comí unas arepas de carne con refresco. Cuando me invitaron a pasar, ya estaba por iniciar el concierto del salsero mayor Oscar de León.
Varias fueron las canciones con las que me deleitaron, temas musicales que bailé y disfruté hace mucho, pero que, conservo como reliquia musical que atesoro. Allí pude bailar con canciones emblemáticas como: Mi bajo y yo, Ahora nadie se muere de amor, Juanita Moré, Calculadora, Quisiera, Ven ven morena y un popurrí dedicado al Bárbaro del Ritmo de Cuba: Benny Moré.
Fue una fiesta de más de dos horas y, tuve que apurarme porque debía agarrar un avión que me llevaría al sur del continente americano, específicamente a la Argentina.
En la medida que nos acercábamos al sur del continente, la temperatura se hacía más fría y, para cuando llegué un amigo, me esperaba con un poco de mate. Salimos del aeropuerto de Buenos Aires rumbo a la casa de este amigo y, para cuando llegué, me esperaba su esposa con un asado típico de este país y, me tenían una sorpresa que no me hubiese imaginado nunca.
Resulta que, después de dejar el equipaje, ducharme y comerme el asado, pasamos a la sala y, acto seguido, salieron un hombre y una mujer que tenían un parecido a dos íconos de la música latinoamericana y mundial: Mercedes Sosa y Carlos Gardel estaban parados frente a mí.
Antes de asimilar tamaña sorpresa, pasaba mi vista por todas las paredes de la casa porque estaban vestidas con fotos de Diego Armando Maradona, Mano Ginóbili, Fangio y Leo Messi. Enseguida supe que, además de la amistad, nos unían gustos por el arte y el deporte.
Después de asimilar tantas sorpresas, Carlos Gardel empezó a cantar canciones que enamoraron y enamoran a tantas generaciones. Sin ser un cultor del tango, me dejé llevar por las melodías y tarareé notas de canciones emblemáticas como Por una cabeza, Volver, Cuesta abajo y el día que me quieras.
Acto seguido, la Negra o Mercedes Sosa comenzó a interpretar canciones que constituyen himnos de la canción latinoamericana, de la que ella es una de las máximas exponentes. Para no ser menos que Gardel, interpretó Alfonsina y el Mar, Zamba para no morir, Canción con todos y “Solo le pido a Dios”, que es mi preferida de todas sus interpretaciones y que canté junto a ella.
Después de este mano a mano entre estos dos excelentes cantantes, comencé a preguntar por sus vidas, sus trayectorias musicales y otros aspectos de su vida. Pero, lo que generó más curiosidad en mí era saber el verdadero origen de Carlos Gardel, algo no resuelto todavía y por lo que Argentina, Francia y Uruguay se disputan tal riqueza.
Sin embargo, no pude esperar por la respuesta porque mi amigo ya estaba accionando el claxon del carro para decirme que debía apurarme porque debía ir rápido para el aeropuerto y agarrar el vuelo rumbo a uno de los países donde mejor se come en el mundo y en el que la gastronomía forma parte de la cultura popular: Perú.
Es imposible llegar a Lima, capital de Perú y no enamorarse de su arquitectura, su gente, su cultura y su gastronomía.
Es cierto que admiro la cultura inca, los músicos peruanos que han estado influenciados por músicos del continente nuestro, pero, lo que más admiro dentro de las artes peruanas es su literatura. Quizás porque mi esposa es licenciada en Español-Literatura y me ha inculcado el amor por la lectura de grandes autores de este país.
Caminando por Lima, entré a un lugar llamado “La Casa de la Lectura” y, no lo podía creer. Sentados en una mesa estaban Mario Vargas Llosa, César Vallejo, Blanca Varela, Inca Garcilaso de la Vega y Ricardo Palma. Para mi sorpresa me invitaron a sentarme en torno a ellos, al ver que no apartaba mi vista de la mesa.
La tertulia estaba buena porque cada uno de los escritores se encargaba de señalar los elementos positivos del otro. Así, por ejemplo, se habló de la inmensa obra de Vargas Llosa que lo llevó a ganar el premio Nobel de Literatura o de la inmensa obra de César Vallejo que lo tiene entre los mejores escritores de habla hispana de todos los tiempos.
De igual manera, se habló de la rica obra literaria de Garcilaso, Blanca y Ricardo Palma.
Mención especial recibió José María Arguedas, quien tuvo una novelística importante dentro de la literatura peruana, en la que Los ríos profundos se llevan el lugar de honor.
Después de esta charla literaria me sirvieron un arroz con pollo, ají de gallina, un lomo saltado y un ceviche especial que, en este país, forma parte de su identidad.
Para las 3 de la tarde ya me encontraba rumbo a ciudad México, capital del país de igual nombre. Una inmensidad cultural atesora este gran país que, representa una de las mayores comunidades culturales del planeta.
Cultura milenaria, tradiciones arraigadas, música impresionante, una gran cantidad de actores y actrices de primer nivel, escritores impresionantes y sobre todo, una población que ama a su país.
En el lobby del aeropuerto nos esperaban un grupo de Mariachi, expresión genuina de la cultura nacional mexicana.
Me llevaron a un bar-teatro. Lo primero que me brindaron fue un trago de tequila. Es cierto que no tomo alcohol, pero no pude evitar probar la bebida más popular de los mexicanos. Después de tomarme el chupito, a base de tequila, limón y sal, tuve que tomarme una cerveza.
Cuando estaba bebiendo la cerveza escuché en un rincón una voz inconfundible, era el “Príncipe de la canción romántica”. Enseguida fui a su encuentro y nos fundimos en un grupo de canciones que son hitos del cancionero romántico internacional. Fuimos cantando desde el Triste, pasando por la Nave del Olvido, Almohada, Mi vida; hasta llegar a canciones como Lo dudo, He renunciado a ti y Volver a creer.
Cuando estábamos por terminar nuestro dúo improvisado se nos sumaron otros intérpretes de renombre internacional como Luis Miguel, Alejandro Fernández, Juan Gabriel, Marco Antonio Solís, Ana Gabriel, Alejandra Guzmán, Thalía, Natalia Lafourcade, Julieta Venegas, Christian Nodal, Carín León, Carlos Rivera y Vicente Fernández. Todos, junto a Armando Manzanero, interpretamos dos de sus canciones más emblemáticas: Adoro y contigo aprendí.
Fue una experiencia bien bonita el poder conocer y cantar con estas celebridades.
En ese mismo bar-teatro me llevaron a otra sala y, en ella, estaban personalidades que he admirado toda la vida. Pedro Infante, Jorge Negrete, María Félix y Mario Moreno “Cantinflas”.
Cantinflas me hizo reír, como hacía rato, no lo hacía.
Tan bien la estaba pasando que casi pierdo el avión rumbo al país de las barras y las estrellas.
Estados Unidos, además de ser uno de los países con mayor extensión territorial del planeta, posee una de las herencias culturales más ricas del planeta.
Lo anterior se debe a que este país es la suma de muchas comunidades de inmigrantes que llegaron al país y fundaron una ciudad multiétnica y multicultural.
Al llegar al aeropuerto de California, mi guía de viaje me llevó para el lugar señalado: Hollywood. Es cierto que, en Estados Unidos, hay escritores de la talla de Edgar Allan Poe, considerado el padre de la novela policíaca; Ernest Hemingway, a quien llegué a querer más por su novela “El Viejo y el Mar” que por su Premio Nobel de Literatura.
Admirados también son escritores como Jack London, William Faulkner, Toni Morrison o Stephen King. Pero, estaba claro que el arte cinematográfico de Estados Unidos era lo que me robaría el tiempo en ese país.
Fue una experiencia genial porque pude ensayar algunas escenas con actores que admiré toda la vida.
Les cuento que, pude compartir escenas con Denzel Washington, Marlon Brandon, Marilyn Monroe, Jennifer López, Salma Hayes, Al Pacino, Michael Douglas padre e hijo, Eddie Murphy, Brad Pitt, Morgan Freeman, Sidney Poitier y muchos más.
Pero, lo que más disfruté fue del diálogo con Steve Spielberg y Franci Ford Coppola. Con ambos indagué sobre sus películas más importantes y en particular las relacionadas con Parque Jurásico, Extraterrestre y El Padrino.
Salí de Hollywood cargado de muchas ganas de seguir viajando.
Mi próximo destino era España. Este lugar es de suma importancia porque muchas de nuestras características culturales vienen de ese país.
Estando en uno de los teatros de Madrid, me esperaban cantantes de ayer y de hoy y, en una combinación hermosa, pude cantar con Nino Bravo, Julio Iglesias, Dyango, Antonio Orozco, Pablo López, Pablo Alborán, Malú, Vanesa Martín, Lolita y Rosario Flores.
Pude conocer de primera mano cómo Miguel de Cervantes Saavedra concibió el libro “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” y por qué es uno de los libros más leídos de todos los tiempos.
En un rápido diálogo con el guía, me explicó sobre la importancia de otros escritores españoles que han destacado en el mundo de las letras como Federico García Lorca, Miguel de Unamuno, López de Vega. También me habló de los nuevos como Juan Gómez-Jurado, Almudena Grandes y otros.
Pero, lo que realmente quería ver era la obra plástica del país.
No podía creer que estaba en el taller pintando junto a Salvador Dalí, Francisco de Goya, Diego Velázquez y el Greco. Pero, lo que más disfruté fue pintar una copia del cuadro Guernica, junto a Pablo Picasso. Este quedará como uno de los grandes momentos de esta gira, pensaba yo, mientras mi amigo Picasso revisaba los intentos de dibujos que hacía sobre mi lienzo.
Estando en el aeropuerto de Madrid para seguir rumbo a Rumanía, veo a una mujer de unos 60 años, todavía hermosa y algo atlética. No lo podía creer, pues, se trataba de Nadia Comăneci, gimnasta rumana que vive en Estados Unidos, pero es natural del país hacia donde me dirigía. Al preguntarle hacia dónde se dirigía, me dijo que hacia Bucarest, la capital rumana.
Como mi conocimiento sobre la historia cultural del país es casi nulo, le pedí sugerencia sobre los referentes culturales del país y me dijo que la música y la danza son fundamentales en la vida del país.
Otra manifestación importante es el teatro, en el que se han destacado a lo largo de los años por la calidad de la puesta en escena.
Estando en la bella capital rumana y, ante de despedirse, Nadia Comaneci me dijo cuáles eran los referentes culturales de su país y se refirió a: Eugène Ionesco y a Mircea Eliade de teatro, el escritor Emil Cioran, el músico y compositor George Enescu y el escultor Constantin Brancuși.
De Rumanía nos trasladamos hacia Nigeria, país que se encuentra en el continente africano y del que tengo conocimiento de sus características geográficas y sobre sus deportistas más importantes, con protagonismos para el fútbol y el atletismo. En el asiento que viajaba iba un nigeriano, de unos 43 años. Le pregunté por los principales representantes culturales de su país y, esto fue lo que me comentó: Dentro de los exponentes musicales están Juanita de Plessis, Riana Nel, Cappa y Ahishani. En la literatura se destacan Neshani Andreas, Joseph Diescho, entre otros. No pudo aportar mucho más a nuestro diálogo.
Esperaba en el aeropuerto de Windhoek, capital de Namibia, el avión que me trajera de regreso a La Habana, Cuba. Sentado en el asiento de espera, repasaba los momentos vividos en estos días y la riqueza cultural que había conocido. No podía creer en lo afortunado que era y la grandeza de haber conocido a mucho de mis ídolos de siempre.
De momento se escucha por el altoparlante: pasajeros con destino a La Habana, Cuba, favor de abordar el avión de Cubana de Aviación que está en el hangar, por la puerta número 4.
Estaba en el avión y seguía pensando en lo que debía hacer con tanta información acumulada en este tour turístico. En eso estaba, cuándo una muchacha que iba sentada a mi lado me preguntó:
¿Cuáles son los referentes culturales preferidos de Cuba?
Se veía, por su aspecto, que no era cubana y que era una turista que andaba buscando información del país.
De una manera rápida le dije:
Cuba respira cultura por todos sus poros y la hay para todos los gustos y colores. En mi caso, para bailar prefiero a los Van Van, Alexander Abréu, La Orquesta Revé, La Aragón y Manolito Simonet y su Trabuco.
Para escuchar prefiero a Silvio Rodríguez, Leo Vera, Pablo Milanés y al dúo Buena Fe.
Sin embargo, el más grande exponente de todos los tiempos es Benny Moré, conocido como el Bárbaro del Ritmo.
Tenemos escritores que son de lo mejor que han tenido las letras en Iberoamérica, destacando Alejo Carpentier, José Martí, Onelio Jorge Cardozo, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Dulce María Loynaz y Eliseo Diego.
La obra plástica cubana es reconocida mundialmente por exponentes de la tala de Amelia Peláez, Flora Fong, Mariano, Kacho, Choco, Fabelo, Zayda del Río, Eduardo Abela, Víctor Manuel y muchos más.
De momento, le estoy hablando de las comparsas más emblemáticas del país, sus ritmos contagiosos y escucho un grito que dice: Se fue la corriente, seguido de unas palabras que retumbaron, me despertaron de mi sueño cultural.
No podía creer que mi sueño no fuera realidad.
No había hablado con esas glorias pasadas, pero presente siempre.
Sin embargo, una alegría inmensa invadió mi corazón y lágrimas brotaron de mis ojos, porque, al menos, desde la cultura y en un sueño pude viajar a tantos países y conocer sus referentes culturales.
Si llegó hasta aquí le agradezco por leer.