- Dúchate por el tiempo que dura una canción promedio, 3 min.
Consumo de agua de la ducha: 20 litros por minuto.
- Utiliza el lavarropas solo si tienes la cantidad suficiente de ropa para llenarla
Consumo de lavarropas de 7kg: 50 litros en promedio.
- Cierra la llave al lavarte los dientes o usa un vaso de agua para enjuagarte.
Consumo de grifo: 12 litros por minuto.
Un vaso equivale a aproximadamente 250 ml
- Lava el carro con una cubeta de agua en vez de usar manguera.
Lavado de auto con manguera: 500 litros aproximadamente.
Lavado en centro ecológico: 50-60 litros por lavado.
Lavado con cubeta: 50 litros aproximadamente.
- Repara los grifos que tengan fugas de agua.
Consumo de una gotera por día: 30 litros.
- Y un montón más…
Estas son prácticas para disminuir el consumo de agua que todos o casi todos hemos escuchado y que en algún momento hemos puesto en práctica.
¿Son efectivas?
Veamos un caso hipotético:
Supongamos que vives solo o sola. En una semana cualquiera te duchas una vez al día durante 10 min, lavas tu ropa dos veces a la semana, te lavas los dientes tres veces al día durante 5 min manteniendo el grifo abierto mientras te cepillas, lavas tu carro el fin de semana con manguera, el grifo de la cocina tiene fugas – es solo un goteo –
Tu consumo de agua solo en estas cosas sería de 3470 litros / 916.6 galones, aproximadamente la capacidad que tiene el tanque de agua de un camión de bomberos.
La siguiente semana estás decidido a disminuir tu huella hídrica y pones en práctica bañarte por 5 minutos, lavar la ropa una vez por semana, lavarte los dientes usando un vaso para enjuagarte, llevas el auto a un centro de lavado ecológico y reparas los grifos.
En la segunda semana tu consumo de agua solo en estas cosas sería de 810,5 litros.
Entre la primera y la segunda semana lograrías ahorrar 2659,5 litros de agua semanales.
Estas cifras nos demuestran que estas sencillas medidas son efectivas. ¿Pero son suficientes? Estoy segura que si te has interesado en disminuir tu consumo de agua -por la razón que sea- en algún momento te habrás hecho esta pregunta, y es por eso, que debes saber que cada alimento que consumes procesado o no, cada objeto que conoces necesitó agua para su fabricación…TODO.
Ahora que sabemos que todo contiene agua en su composición. ¿podríamos decir que su conservación depende de nuestros hábitos de consumo? Un consumo consciente es -a mi modo de ver- abordar el problema de manera integral.
Este artículo es solo una breve introducción a otros medios que podemos poner en práctica para conservar el preciado líquido que tal vez no te habías planteado. No con el objetivo de disminuir la factura del agua, ni solo para garantizar que sigamos teniendo agua fresca para cubrir nuestras necesidades básicas. Sería egoísta si tenemos en cuenta que, según las Naciones Unidas, aproximadamente el 25% de la población no tiene acceso a agua potable. También se trata de velar por la salud de las fuentes hídricas preservando así la biodiversidad y construir una relación de respeto hacia la naturaleza y sus riquezas de las que nos beneficiamos.
Plástico
Se necesitan 2.000 litros de agua para fabricar un kilo de plástico, sin embargo, resaltemos que el plástico se creó para ser un producto con un CICLO DE VIDA DURADERO, no para usar y tirar. En esta medida vemos que es nuestro uso excesivo y malas aplicaciones y no el material el que hace daño.
Una pésima aplicación del plástico han sido las bolsas de supermercado, un objeto tan barato que incluso nos lo ofrecen gratis en cada supermercado y establecimiento comercial.
¿Cómo puedo empezar?
Reutiliza las bolsas de la compra anterior, la mayoría de ellas permanecen limpias y en perfecto estado. Se dice que lo ideal para el medio ambiente sería reutilizarlas al menos unas 10 veces.
Nuevo hábito
Recordar empacar bolsas antes de ir a hacer la compra o siempre llevar con nosotros algunas bolsas para compras eventuales. Como todo nuevo hábito, al principio puede ser difícil, pero es cuestión de práctica.
No olvides informarle al cajero que tienes tus propias bolsas y evítalas si realmente no las necesitas, por ejemplo, si compras un solo artículo que puede llevarse en la mano o cabe en tu bolso.
Evita comprar alimentos en empaques innecesarios como frutas y verduras en bandeja o ensaladas listas. Elige siempre que puedas los alimentos a granel.
Cámbiate a bolsas de tela después de reutilizar varias veces las bolsas plásticas y a medida que puedas ir adquiriendo las del nuevo material. Incluso existen opciones en el mercado que ofrecen bolsitas de tela para almacenar las verduras en la nevera. Y si quieres ir un paso adelante, puedes hacerlas tú mismo con camisetas viejas.
Evita comprar agua embotellada.
Tres cuartas partes de las botellas del mercado contienen agua del grifo purificada, proceso que podría hacerse fácilmente con un filtro en casa, incluso puedes eliminar el cloro del agua dejándola en reposo o al sol por unas horas en una botella de vidrio de preferencia.
Si un filtro te resulta costoso hay en el mercado jarras con filtro de carbón activado que cumplen el mismo propósito.
Para cargar el agua puedes usar botellas de vidrio o las de acero que son menos pesadas, resistentes y mantienen el agua fresca.
Las botellas plásticas de agua mineral contienen antimonio, un químico muy perjudicial para la salud que se va liberando de a poco en tu agua embotellada.
Dile no al Fast Fashion
Se necesitan 2.000 litros para fabricar una camiseta de algodón
4.400 litros para unos zapatos deportivos
Entre 10.000 y 17.000 litros para fabricar un jean.
La industria de la moda es de las mas nocivas para el planeta, por el alto costo que representa para el medio ambiente, por prácticas injustas y poco éticas de parte de las grandes empresas, y por el excesivo consumo en todo el mundo.
Según el documental The True Cost se estima que el 20% de los tóxicos que se vierten en el agua viene de la industria textil, acidificando los océanos.
Además, actualmente adquirimos 400% mas ropa nueva que hace dos décadas, eso es 80 mil millones de prendas.
¿Cómo puedo empezar?
Cuestiónate: ¿realmente necesitas ese outfit nuevo que en el fondo sabes vas a usar una sola vez? ¿15 pares de zapatos?
Para algunos renunciar a ciertas compras puede resultar difícil porque las emociones juegan un papel importante al momento de comprar. Conozco esa sensación de ansiedad por querer tener toda una tienda y la satisfacción TEMPORAL que produce salir del centro comercial con diferentes bolsas, lo viví personalmente y que bueno que ya pasaron esos tiempos.
Está comprobado que una persona promedio solo usa el 20% de su guardarropa, entonces para qué adquirir cada vez más cosas? Sería mucho más útil y sostenible para el medio ambiente y para tu bolsillo conocer muy bien ese 20% y siempre adquirir en esa línea.
En mi caso particular, la experiencia de vivir en el exterior, las constantes y tediosas mudanzas que se dieron a raíz de eso, hicieron que empezara a cuestionar la funcionalidad de algunos objetos que poseía, ropa en su gran mayoría.
Busca una fórmula que funcione
Comodidad, funcionalidad, versatilidad. Cada vez que quiero adquirir una prenda nueva pienso que cumpla con al menos dos de estas características. Busca una fórmula que funcione para ti, que se adapte a tu estilo de vida y te ayude a disminuir las compras impulsivas.
Adquiere ropa de segunda mano
Según el documental The True Cost un estadounidense promedio tira alrededor de 37 kilos de desechos textiles anualmente.
Las opciones para comprar de segunda mano se están haciendo cada vez mas populares. En estas tiendas, físicas o virtuales puedes encontrar ropa de excelente calidad y también muy original. Una excelente manera de ahorrarle recursos al planeta y a tu bolsillo.
Transforma antes de tirar
¿Esa camiseta vieja puede convertirse en un repasador? ¿O en una bolsa para las compras del supermercado? ¿Ese vestido se puede transformar en una falda? ¿O ese pantalón en unos shorts?
Apoya el diseño local
Por lo general los diseñadores independientes tienen la posibilidad de prestar mas atención a los detalles por lo que es muy probable que encuentres prendas de excelente calidad y elaboradas con materiales amigables con el medio ambiente.
Quizás el precio puede ser superior, pero piensa que será una prenda que perdurará mucho tiempo.
Nuevo hábito
Adquirir solo lo que se adapte a tu fórmula. Esto requiere planear tu compra y revisar tu guardarropa.
No visitar centros comerciales solo para alimentar el deseo de consumir, búscate un hobbie.
Presta atención a tu dieta
15.000 litros de agua se necesitan para producir un kilo de carne.
3.900 litros para producir un kilo de pollo.
La ganadería intensiva es la mayor fuente de contaminación del agua, y necesita 10 veces mas agua que en la producción de hortalizas.
Antibióticos, hormonas, metales pesados provenientes de los desechos animales; pesticidas y fertilizantes utilizados en los monocultivos de cereal que servirán para alimentar el ganado terminan en las fuentes hídricas y la deforestación irresponsable hacen que esta actividad sea insostenible para el planeta.
En promedio una persona en occidente consume alrededor de 70Kg de carne al año y en países como Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Argentina se consume un promedio de 100 kg de carne por persona anuales.
Si, algunas verdades incomodan pero te dan el poder de decidir.
¿Cómo puedo empezar?
Eliminar los prejuicios hacia las dietas vegetarianas.
Las dietas vegetarianas o veganas pueden ser muy diversas, nutritivas, divertidas y también sencillas, no se trata solo de lechuga o ingredientes extraños y costosos.
Una buena manera de eliminar prejuicios es visitar -cuando sea posible- un restaurante especializado en comida vegetariana, te aseguro gratas sorpresas para tu paladar.
Apela a tu creatividad culinaria
No comas carne durante un día a la semana, como dije antes, puede ser tan sencillo como unas verduras al horno o una pasta al pesto.
Nuevo hábito
Agrandar la porción de frutas, verduras y leguminosas en la dieta y no comer carne durante mínimo un día a la semana.
Si una dieta vegetariana/vegana suena atractiva para ti, te recomiendo hacer el cambio de la mano de un profesional.
Cuidar la salud de las fuentes hídricas
¿Existe una manera de cuidar las fuentes hídricas desde la comodidad de mi casa en la ciudad? La respuesta es si y para esto debemos poner en nuestro radar los productos de higiene y uso diario como cremas humectantes, protector solar, jabones, cosméticos, productos de limpieza para el hogar, etc. pues los residuos de estos terminan en las fuentes hídricas dañando y alterando los ecosistemas acuáticos.
Algunos productos contienen componentes que podrían degradarse rápidamente sin causar daños, sin embargo, la constante y abundante descarga a las fuentes hídricas no da lugar a que se produzca la biodegradación convirtiéndolos en elementos contaminantes o pseudopersistentes.
Por otro lado, productos como el bloqueador solar contienen sustancias como el octinoxato y oxibenzona que ocasionan el blanqueamiento y muerte de los corales.
¿Cómo puedo empezar?
Reduce los artículos de limpieza
No necesitas un producto diferente para cada rincón de la casa. Por ejemplo, podrías utilizar el jabón de los platos para limpiar baños, suena extraño pero funciona de maravilla.
Incluye alternativas naturales
Una gran idea es usar vinagre, fácil de conseguir, económico y además no es tóxico. Se puede usar para limpiar pisos, vidrios e incluso como suavizante para la ropa.
Experimenta con productores elaborados artesanalmente
Hay un mundo mas allá de los supermercados.
Por fortuna, cada día hay más emprendedores que agrandan la oferta de productos de limpieza, higiene y cuidado personal elaborados con productos naturales totalmente amigables con el medio ambiente y con nuestra salud.
¡Anímate a probarlos!
Cuidado con el aceite
Por favor no arrojes el aceite de cocina por el desagüe ni a la tierra.
Como bien sabemos el agua y el aceite no se mezclan. El aceite al llegar a las fuentes hídricas se queda en la superficie impidiendo la oxigenación del agua, también impide el paso de los rayos solares ocasionando que las plantas no puedan realizar fotosíntesis. En la tierra inhibe la oxigenación y circulación del agua en el terreno volviéndolo estéril.
La manera mas sencilla, es depositar el aceite en botellas y llevarlas al lugar de reciclaje mas cercano o en su defecto poner la botella con aceite en la basura.
Nuevo hábito
Investigar nuevas opciones antes de comprar.
Conclusión
Si bien en este texto te hablé de cómo podemos cuidar el agua, me gustaría que vieras el trasfondo de todo, es más, te ayudaré a verlo: esto va mas allá de cuidar un recurso, desde mi punto de vista se trata de adoptar una vida mas simple para tu propio bienestar, tu salud e incluso tu bolsillo.
Si pensar en colectivo te parece abrumador o si crees que con tus cambios no vas a cambiar el planeta, entonces piensa en ti mismo.
Y ahora si para terminar, recopilé en el siguiente infográfico algunos datos del consumo de agua en la producción de objetos que puede ayudarnos a neutralizar nuestra visión de los materiales.
Dejar de satanizar unos y/o sobrevalorar otros para no cometer el error de reemplazar cada bolsa de plástico de supermercado por bolsas de papel.
Para que una bolsa biodegradable sea funcional debe ser compostada.
La industria papelera es la tercera con más consumo de agua a nivel global.
El papel si no es reciclado es igual de tóxico que el plástico para el medio ambiente, en el relleno sanitario, como cualquier residuo orgánico, produce gases tóxicos en el proceso de descomposición.
1300 millones de toneladas anuales de alimentos se pierden o desperdician antes de su consumo (Un tercio de la producción mundial)
Cualquier duda u opinión, te leo en comentarios.
Gracias por leer!