Imagina que tienes cuatro perritos a los que has cuidado con un hogar, alimento y cariño. Un día, te despiertas y te das cuenta de que tres de ellos han desaparecido... no solo desaparecido... los han matado... Jonh Wick queda corto para las ganas de venganza que tendrías. Bueno, algo parecido le está pasando a nuestro planeta. Según el Informe Planeta Vivo 2024 de WWF, en solo 50 años hemos perdido el 73% de la vida silvestre que solía habitar en la Tierra.
Aunque no parece mucho tiempo, esos 50 años han causado problemas enormes para la naturaleza. La ciencia dice que los seres humanos hemos estado en la Tierra entre 200.000 y 300.000 años junto a los animales que conocemos, pero en este corto tiempo hemos dañado a las especies que han existido durante millones de años. Es un tiempo muy breve, pero el daño que hemos hecho es inmenso.
Pensemos en nuestra región de América Latina, que ha sido increíblemente rica en vida. Sin embargo, el 95% de sus especies ha desaparecido. Es como si tuvieras 100 gallinas y el zorro se comiera casi todas, dejándote solo 5 (¡Zorro, no te las lleves!). Y claro, cuando uno escucha cifras así, no parecen tan impactantes, pero no olvides que cada parte del ecosistema es vital; afecta directamente el aire que respiramos, el agua que tomamos y los alimentos que comemos. La naturaleza nos ha dado todo, y ahora nos está pidiendo ayuda.
¿Por qué está pasando esto?
Entonces, ¿por qué está ocurriendo todo esto? Hay varias razones. Una de las más importantes es el cambio en el uso de la tierra. Esto significa que estamos talando bosques y destruyendo hogares de animales para hacer más espacio para nuestras actividades, como la agricultura y la ganadería. Esto ocurre, sobre todo, en los trópicos, donde la deforestación está arrasando inmensas áreas de selva. Cada árbol que se corta no solo afecta a los animales que viven allí, sino que también contribuye al cambio climático, ya que los árboles ayudan a absorber el dióxido de carbono, un gas que calienta nuestro planeta.
El cambio climático es otra de las causas principales de la pérdida de biodiversidad. Algunas personas alegan que no existe; sin embargo, las temperaturas están subiendo y los patrones de lluvia están cambiando. Esto hace que muchos animales y plantas no puedan adaptarse lo suficientemente rápido a las nuevas condiciones. Un claro ejemplo de esto son los arrecifes de coral. Estas estructuras marinas, que son hogar de miles de especies, están desapareciendo a un ritmo alarmante debido al aumento de la temperatura del océano. La Gran Barrera de Coral, por ejemplo, está sufriendo graves daños. Si no actuamos pronto, podríamos perder hasta el 90% de los corales en el mundo, incluso si conseguimos limitar el calentamiento global.
Consecuencias de la pérdida de biodiversidad
La pérdida de biodiversidad tiene consecuencias graves. Cuando desaparecen los animales y plantas, se alteran los ecosistemas, lo que puede llevar a la extinción de otras especies que dependen de ellas. Por ejemplo, los polinizadores, como las abejas, son vitales para la producción de alimentos. Si estos insectos desaparecen, nuestra capacidad para cultivar frutas y verduras se verá amenazada. Así, la pérdida de un solo tipo de organismo puede desencadenar una cadena de problemas que afecta a toda la cadena alimentaria y, en última instancia, a nosotros.
Además, el deterioro de la biodiversidad puede aumentar la propagación de enfermedades. Los ecosistemas saludables ayudan a controlar las poblaciones de organismos que pueden transmitir enfermedades a los humanos. Al destruir hábitats, alteramos ese equilibrio, lo que puede resultar en la aparición de nuevas enfermedades. Un ejemplo muy reciente y que no olvidaremos fue el brote de COVID-19, que se cree que se originó en un mercado de vida silvestre.
La importancia de la acción
La buena noticia es que aún hay tiempo para cambiar el rumbo. El Informe Planeta Vivo 2024 nos muestra que hay soluciones, como la propuesta de proteger al menos el 30% de las áreas terrestres y marinas para 2030, conocida como la meta 30x30. Esta es una meta ambiciosa, pero es lo mínimo que se puede hacer para evitar una catástrofe mayor. Si nos comprometemos a cumplirla, podríamos ayudar a salvar una parte importante de nuestro planeta. Al proteger a los animales y sus hábitats, también nos protegemos a nosotros mismos, porque la naturaleza es nuestra mejor aliada.
Tecnología y conservación
Ahora, hablemos de un tema emocionante: la tecnología blockchain. Tal vez te preguntes, "¿qué tiene que ver blockchain con salvar el planeta?". ¡Mucho más de lo que piensas! Uno de los problemas más grandes en los proyectos de conservación es que el dinero a menudo tarda en llegar a donde se necesita debido a la burocracia. Esto significa que, a veces, los fondos que podrían ayudar a proteger la naturaleza se quedan atrapados en procesos lentos y complicados. Por ejemplo, desde mi experiencia personal, actualmente trabajo en una oficina del gobierno que resguarda la vida marina, y es increíble ver la mala planificación, los pocos recursos y el mal gasto. Lo preocupante es que, en vez de recibir más atención del gobierno, se le da más importancia a otros asuntos políticamente atractivos. Pero con blockchain, esto puede cambiar.
Imagina que el dinero destinado a proteger la selva amazónica llega directamente a las personas que están trabajando allí, sin intermediarios. Esto es posible gracias a los contratos inteligentes o smart contracts, que son programas que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones. Por ejemplo, si una organización completa un proyecto de reforestación, los fondos llegan a esas personas, o si hay personas realizando limpiezas del borde costero, pueden recibir incentivos directamente en sus billeteras. Esto hace que el proceso sea más rápido y transparente.
Nuestro papel
En resumen, estamos en un momento crucial. Las decisiones que tomemos hoy van a definir el futuro del planeta. La buena noticia es que tenemos las herramientas para actuar, y algunas de las más emocionantes están en el ámbito de la tecnología. Es hora de dejar de depender tanto de los procesos lentos y burocráticos y aprovechar el poder de la innovación.
No es solo por los animales que están en peligro; es por todos nosotros. Aún podemos salvar el último "perrito". Siente esa sed de venganza por tus tres perritos que desaparecieron y enfócate en cuidar tu último perrito... pero necesitamos hacerlo ya. Cada acción cuenta, desde reducir nuestro uso de plásticos hasta apoyar iniciativas que protegen el medio ambiente. Todos podemos ser parte de la solución.
Así que la próxima vez que pienses en los problemas del planeta, recuerda a tus perritos. Ellos son como los animales que necesitamos proteger. Si todos hacemos nuestra parte, aún podemos cambiar las cosas para mejor y asegurarnos de que nuestros amigos peludos y toda la vida en la Tierra tengan un futuro brillante.
Fuente: https://livingplanet.panda.org/es-CL/