Who is Marceliana Puerto Carrero Sinisterra?
Marceliana, affectionately known as Tata, was born on March 12, 1951, in a forgotten corner of Colombia called La Tola in Nariño. Her childhood and adolescence were marked by hardship; she grew up in an environment of extreme poverty and violence, a place that remains largely unremembered by many.
Tata had two sisters and a brother, along with a mother whom she loved deeply. At the age of 14, she experienced her first love, but this story took a tragic turn when she became pregnant. When she gave birth, she was told that her baby had been stillborn, a piece of news that left a lingering doubt in her heart. This painful event diverted her life from the path that seemed destined for her.
Like millions of Colombians, Tata was forced to leave her home in search of work and better opportunities to support her mother and siblings. At just 15 years old, she embarked on a journey to Cali, the capital of Valle del Cauca, carrying few belongings and a broken heart. With the help of acquaintances who had already emigrated, she arrived at the Núñez family’s home, where she began working as a housekeeper.
For the next 50 years, Tata became an integral part of the Núñez family. Despite her youth, she was welcomed with love and transformed into a sister, aunt, and grandmother for each member. Her presence filled their lives with color and affection once more. With a heart as big as hers, Tata never allowed life’s challenges to cloud her spirit. Even in the face of adversity, she remained optimistic, overflowing with love and compassion.
She passed away on a Tuesday in August 2023, leaving behind a legacy of kindness and unconditional love. I still wonder how someone could be so generous in a world that often showed her only pain. For her, there was no such thing as "i can't". Everyone knew that if they needed anything, Tata would always be there to help, listen, and accompany them. She was a true master of unconditional love.
¿Quién es Marceliana Puerto Carrero Sinisterra?
Marceliana, a quien cariñosamente llamában Tata, nació el 12 de marzo de 1951 en un rincón olvidado de Colombia, conocido como La Tola, en Nariño. Su infancia y adolescencia fueron marcadas por dificultades; creció en un entorno de extrema pobreza y violencia, un lugar que aún hoy es poco recordado por muchos. Tata tuvo dos hermanas y un hermano, además de una madre a quien amaba profundamente. A los 14 años, experimentó su primer amor, pero esta historia se tornó trágica cuando quedó embarazada y al dar a luz, le informaron que su bebé había nacido muerto, una noticia que siempre dejó un eco de duda en su corazón. Este doloroso acontecimiento desvió su vida de la trayectoria que parecía destinada para ella. Como millones de colombianos, Tata se vio obligada a dejar su hogar en busca de trabajo y mejores oportunidades para ayudar a su madre y hermanos. Con solo 15 años, emprendió el viaje hacia Cali, la capital del Valle del Cauca, llevando consigo pocas pertenencias y un corazón roto. Con la ayuda de conocidos que ya habían emigrado, llegó a la familia Núñez, donde comenzó a trabajar realizando labores del hogar. Durante los siguientes 50 años, Tata se convirtió en un miembro fundamental de la familia Núñez, fue recibida con amor y se transformó en hermana, tía y abuela para cada uno de ellos. Con su presencia, su vida se llenó nuevamente de color y cariño. Tata, con su corazón gigante, nunca permitió que las dificultades nublaran su espíritu. A pesar de los golpes que le dio la vida, siempre se mantuvo firme, repleta de amor y compasión. Falleció un martes de agosto de 2023, dejando un legado de nobleza y amor incondicional. Aún me pregunto cómo alguien pudo ser tan generosa en un mundo que a menudo le mostró solo dolor. Para ella, no existía la palabra "no puedo" y menos los límites. Todos sabían que, si necesitaban algo, Tata siempre estaría ahí para ayudar, escuchar y acompañar. Fue una gran maestra del amor incondicional...