La creatividad en mi vida siempre a estado presente, desde niña me llamaba la atención todo lo que tuviera que ver con arte. Mi gran sueño siempre fue pertenecer al mundo de los artistas, me parecían personas llenas de luz, sensibles, carismáticos, felices, y con una capacidad sobrenatural de transformar aquello que tocaban en magia.
Pintaba, bailaba, escribía, actuaba, cantaba y soñaba, como cualquier niña que tiene un mundo pendiente a descubrir. En la escuela me llevé varios regaños por estar dibujando en vez de atender a clases, que dicho sea de paso, me parecían sumamente aburridas. Sin embargo, en algún punto del camino todo este flujo creativo quedó a un lado.
Me tomó ocho años sanar mi relación con la creatividad, esta energía tan innata a nosotros como el aire y el agua de los que estamos hechos. Necesité específicamente tres años de estudiar medicina y cinco Fisioterapia, para darme cuenta de que la salud nunca fue lo mío. Había escogido el camino equivocado, intentando encajar y quedar bien con mis padres, pero pagando un precio demasiado alto, renunciando a mi esencia y negando algo que siempre se me dio natural.
Hasta que miré a mis padres y les dije, ya cumplí con ustedes, ya tienen una hija universitaria como querían, desgraciadamente no desperdiciaré ni un segundo más en ello, ahora es mi turno. Me daré al fin un voto de confianza, aunque tenga que empezar de cero, aprenderé nuevas habilidades y de ser posible, trabajaré por mi cuenta.
Es ahí cuando aparece la web 3, y comencé a elegir lo que hacía vibrar mi corazón como brújula para vivir desde un lugar más auténtico. ¿Qué sucedió? Pues que crear contenido se me daba sumamente fácil, disfrutaba el proceso, fluía con cada iniciativa, volvió mi entusiasmo, y estaba feliz de poder crear libremente y además ser recompensada por ello.
Seguido a esto llegó la fotografía, con el objetivo de ofrecer la mejor calidad posible en mi contenido y cuidar siempre los derechos de autor, tomaba yo misma todas las fotos de mis publicaciones. Me inscribí en un curso online para perfeccionar la técnica y quedé totalmente enamorada.
Ahora podía dibujar con luz, eternizar momentos, y contar historias, todo en un solo clic, o varios, la verdad es hasta que mi sed de creadora queda satisfecha. Me compré mi propia cámara con las recompensas que obtuve de creadora, y me dieron el premio por el voto unánime en los Hive Creators Awards a mejor fotógrafa de la blockchain.
No lo podía creer, era solo una novata entre tantos fotógrafos experimentados, y que además hacían un excelente trabajo, pero tenía tanta ilusión que siempre estaba creando y compartiendo mi proceso. Supongo que de alguna forma la gente conectó conmigo, y me hicieron ese lindo regalo.
Culminó así mi 2023, con la convicción de que al fin podía hacer algo que me apasionaba y vivir de ello, con más ganas que nunca de aprender sobre este nuevo universo en el que me acababa de sumergir, porque sí, todo esto sucedió en a penas solo un año. Ahora entiendo que eso es lo que pasa cuando te dedicas a lo que te gusta y vibras con ello, porque siempre estarás dando lo mejor.
Mi foco ahora mismo está en seguir aprendiendo, en descubrir nuevas herramientas para desarrollar mis ideas, crear contenido de valor, alineado con mi visión, mis pasiones y mi amor por la naturaleza. Intento ser fiel a mi esencia cada día y comparto el mundo que veo a través del lente.
Puedo decir que la creatividad forma parte de mi vida de una forma muy linda, llenándola de brillo, ilusión, cosas por descubrir, personas maravillosas y mil historias esperando ser contadas, dibujadas, fotografiadas, creadas. Entendí que necesito crear para sentirme completa, que esa es mi forma de aportar un granito de arena al mundo, siendo fiel a mi esencia y lo más importante, escuchando al corazón.