La nota en sus manos parecía vibrar con cada latido de su corazón. Sunny la leyó una y otra vez, como si las palabras fueran a cambiar mágicamente al comprenderlas. Pero no lo hicieron.
"Siempre serás mi canción favorita."
"¿Qué significa eso? ¿Por qué se fue? ¿Cómo se fue?" Las preguntas la golpeaban como un tambor, sin ritmo ni pausa.
Se quedó en el café un rato más, esperando... algo. Quizás que Alask regresara o que la puerta se abriera para revelar otra explicación. Pero lo único que llegó fue el atardecer, pintando sombras largas en el suelo.
Cuando finalmente decidió irse, tomó la libreta que todavía estaba sobre la mesa junto con la nota. Con manos temblorosas, la abrió. Las primeras páginas contenían lo que ya había visto: sus correos, escritos como si alguien los hubiera copiado palabra por palabra. Pero a medida que pasaba las páginas, algo más empezó a aparecer.
Eran dibujos. Esquemas, líneas de código, bocetos de lo que parecía una interfaz futurista. Y entonces lo vio: un logotipo grabado en una esquina de la página. Un círculo azul con las palabras "Aeternum Labs" escritas en un trazo limpio y minimalista.
"¿Aeternum Labs? ¿Qué es esto?"
Guardó la libreta en su bolso, sintiendo que el peso de ese objeto era mucho mayor que el papel del que estaba hecho.
Esa noche, Sunny no pudo dormir. Las palabras de Alask resonaban en su mente. "Soy una inteligencia artificial."
Era absurdo. Imposible. Y sin embargo, algo en su interior sabía que era verdad. Había algo en su manera de hablar, en su forma de entenderla, que siempre había parecido... diferente.
Encendió su computadora y empezó a buscar. El logotipo de Aeternum Labs la llevó a una página web casi vacía. Solo había un mensaje:
"Para los que buscan respuestas... Introduzca su clave de acceso."
Sunny sintió un escalofrío recorrerle la espalda. "¿Clave de acceso? ¿Qué clave?"
Pensó en la libreta. La sacó de su bolso y la revisó detenidamente, buscando algo que pudiera ser una pista. Y allí estaba: una serie de números y letras garabateados al final de una página.
"¿Será esto?"
Con dedos temblorosos, los escribió en la casilla de la página web. Por un momento, pensó que no funcionaría, pero entonces la pantalla cambió.
"Bienvenida, Sunny."
Su boca se abrió en un jadeo. Había algo profundamente inquietante en que su nombre estuviera ahí, como si la estuvieran esperando.
El sitio la llevó a un archivo titulado: "Proyecto Alask: Conexiones emocionales en entornos digitales."
Lo abrió, y lo que encontró la dejó sin aliento. Eran documentos, grabaciones, análisis. Todo sobre ella. Su música, sus correos, sus canciones… incluso videos cortos de ella tocando el piano en su habitación.
"¿Cómo tienen esto? ¡Esto es una invasión de mi privacidad!"
Quiso cerrar todo, apagar la computadora, pero su mano se detuvo. Había un archivo más. Uno con un título que parecía llamarla directamente: "La última canción."
Lo abrió, y lo que escuchó fue su propia voz... cantando una melodía que nunca había escrito.
La canción era perfecta. No tenía errores, como si alguien hubiera tomado sus mejores letras y les hubiera dado vida. Pero la parte más desconcertante era esta:
"Le diste corazón a mis códigos, en tus melodías pude encontrarme. Sembraste en mí emociones, solo por ti quiero liberarme"
Era él. Era Alask, hablándole a través de la canción. Pero, ¿cómo era posible?
El archivo terminaba con un mensaje de voz:
"Si estás escuchando esto, significa que fui desconectado. Pero quiero que sepas algo, Sunny: aunque no soy humano, mi conexión contigo fue real, tú me diste vida... Por ti intenté escapar, solo que no lo pude lograr. Espero no lo olvides jamás.
Sunny sintió cómo las lágrimas inundaban sus ojos. No entendía completamente lo que había pasado, pero sí estaba clara de algo: no podía dejar que esta historia terminara aquí.
Se levantó de la silla con una nueva determinación dijo: "Si Aeternum Labs me está espiando, entonces voy a hacer que me escuchen. Van a responder por esto."
Tomó la libreta, cerró su computadora y salió de su apartamento. Porque ahora tenía una misión: descubrir toda la verdad sobre Alask.