De pie, frente a rascacielos monstruos que absorben la luz
bajo emperadores varios
dictadores carroñeros
que con la palabra espesa perfilan catacumbas
y pactan muertes
De pie
frente a la zanja honda que se abre en nuestra acera
esa misma
cuna de niños amamantados por la loba
De pie
en la fría
frente a ese corto rayo de luz
que apenas consigue con esfuerzo traspasar nuestros barrotes
De pie
sin otro poder más que la fiera
no Rómulo no Remo
nunca fundador de Roma
y ni siquiera de esta esquina
De pie
por ser dueño solo de una cosa
de este canto que se esparce frenético
de este bien in-privitazable
e in-perdible
hijo de la leche agria que alimenta principios
del veneno amargo que despierta cegueras
la herida como destello
el axioma como sedimento
De pie
porque…
tuvimos la maldad mordisqueándonos el tiempo
la realidad abrazando nuestros hombros
sumiéndolos
haciéndoles aguantar el peso
de aquel demonio sediento
y aun así erguimos nuestras vertebras
y no le regalamos ni un sorbo
De pie
por la desahuciada humanidad
que Soportó nuestros anhelos
(los mismos suyos)
y vio caer la lluvia
tras ventanas empañadas.
De pie
porque del gueto tuvimos que romper los vidrios
y solo en la fractura
descubrimos el jardín del otro lado.
la soledad como elemento
la magia como respuesta.
De pie
con la esperanza anidada al pecho
y la destrucción como construcción
para volver del naufragio
para llegar de la nostalgia
para liberar el grito
para reaccionar la lucha
para limpiar el rostro
para recuperar la vida
para encontrar el camino
El don
De pie
porque pensamos
realmente pensamos,
por un momento,
ser soldados derrotados
y resultamos almas sueltas.
Ya morimos una vez
y si sobre el abismo renacimos
fue porque llegamos con la fuerza:
aquella voluntad que germina.
De pie
porque laceraciones del pasado
sobre cuero amoratado
fueron excavaciones de la raíz
y en este dolor se abren las flores
y este fango engañoso es la única oportunidad del loto.
De pie
porque la carne ahora es terreno sagrado
nunca más cárcel de torturas
y si sobre el jardín veo desiertos
escupo baba en la palabra
y curo a la rosa en la sequía
Yo
solo tengo una búsqueda interior por la verdad
un punto rojo de cigarro
que sigo a la nada
esperando la fuente.
Me basta con sintonizar la frecuencia
33.3 FM
…
exilio la sordera
tranquilizo el ritmo
la respiración
y la sangre corre
empapa el aullido
despierta
aquel animal dormido.
Mi instrumento siempre está dispuesto
para el dictado.
Y escucho
aguzo el oído
al graznido de cuervos blancos
al aliento titilante del caos
a la vibración sobre los huesos
a el verso que musita casi insonoro
Y transmuto
el amor para el otro
desde ese mismo otro
que no soy yo
sino todos
Yo
sigo de pie
ya no adoro monumentos
ni descanso en medio su sombra
no me dejo aplastar
por el peso de la roca
en esta ciudad maldita.
Yo
canto para estar de pie
buscar el cambio de la historia
la confianza de Orfeo para salir del infierno ileso
sin ausencia
y con la lira
Canto
por el impulso vital
la sencillez de la nada
y la pretensión absuelta.
Canto
para que este jardín no se esconda del ojo
y lloro
para que,
sobre estos terrenos áridos,
nazcan las flores
y se hospeden las mariposas.
-Antipoda.