Ya es tarde, debo terminar este informe que me acaban de pedir, contar en media cuartilla todos los logros y acciones que hice este año que acaba de concluir. Cómo puedo resumir todo lo que hice y dejé de hacer, en tan pocas palabras… pues nada, miremos cómo estuvo la agenda, mis programaciones y eventos.
- Ha sido un gran año, muy productivo.
Sistemáticamente, conecto con el pasado, afortunadamente me anticipé a registrar lo que mis custodios, que digo mis jefes, están dispuestos a leer en tampoco tiempo, y qué es el tiempo, cuando mi tiempo está programado y está vendido a mis empleadores. Bueno, en fin, la vida sigue y recuerdo que en el pasado manifesté un maravilloso trabajo, bien remunerado y me proyecté en un futuro promisorio. Y así fue, todo lo que vivo en mi presente, hubo un pasado donde visualicé todo lo que vivo ahora.
Sin embargo, pienso que no fue suficiente y mi presente es abrumante donde busca nuevos futuros, ya que siento que el tiempo no alcanza, hay mucho por hacer y el ritmo de la vida va a toda velocidad. - Está sonando mi celular, dónde lo dejé…
- Hola Fredy, ¿cómo estas?
- Sí, son muchas materias que debemos cursar, la verdad no he revisado los horarios. No quiero preocuparme ahora.
- Tranquilo, debe haber una solución.
- Entiendo, tienes mucho trabajo.
- Por qué piensas en eso, ¿quieres dejar el doctorado?
- En serio, ¿45 millones está sumando lo que llevamos estudiando?
- Tranquilo, hablaré con Anita, para ver si podemos hacer algo para manejar el tiempo y los horarios… no te preocupes, todo debe tener una solución, cómo nos pueden obligar a una clase electiva…
- Bueno, te estaré contando, un abrazo.
Esa fue la última conversación con mi amigo Fredy, compañero de estudio, estaba desarrollando una investigación en pro del bienestar de los animales, era médico veterinario. Vivía con los afanes de la vida, exigencias laborales, sus estudiantes del semillero y las cinco asignaturas que nunca asistió.
Aquí inicia todo, las reflexiones, los aprendizajes de las vidas de las personas que llegamos a conocer, aquellas que nos rodean o simplemente conectamos por nuestro día a día. Por correr tras del tiempo dejamos de lado nuestra salud, y por sentirnos fuertes nos olvidamos lo importante que es nuestro cuerpo, respirar y tomarse una pausa de calidad. Hoy, he escuchado que vivimos fragmentados, en cuanto a lo físico, espiritual, emocional y otros tantos fragmentos que se van desconectando de nuestras prioridades.
Esta misma situación, ya lo había vivido al inicio de este año, una maravillosa persona que lo había vivido todo, también era investigadora y decidió hacer un doctorado en tampoco tiempo, tres años y solo bastó cursar cinco semestres para que su título lo recibiera su familia en el lugar de ella, una escena que aún no olvido. Ahí quedo las investigaciones, los experimentos, las preocupaciones, los desaciertos y una patente.
Pero por qué el tiempo, si uno de los científicos más destacado señala que el tiempo es relativo, la cosmovisión de las etnias originales de nuestro territorio dice que el pasado está al frente y el futuro está por detrás de nuestro presente. Tal vez estemos viviendo tiempos paralelos, yo solo me apego que el tiempo es perfecto y alcanza para todos, haré lo que esté en mis posibilidades físicas, organizaré mi tiempo, sólo para que me rinda mis horas productivas y tomaré tiempo para compartir, un café con personas a las que les agrade conversar de temas, que brindan consejos sin haberlos pedidos y que quieren construir nuevos proyectos, que buscan alianzas o formar una comunidad.
Escribo, este texto, para abrazar la tristeza que he sentido en fechas tan especiales, un homenaje a las maravillosas personas que se han ido y dejaron inconclusas sus aspiraciones, investigaciones, escritos, publicaciones; la mirada que le doy al pasado que sigue en mi presente y este futuro que empiezo a crear desde hoy, la vida sigue y quiero creer que sigo acompañada de esa buena vibra de aquellas personas con las que compartí.
Gracias por leer esta emoción, seguiré con mi informe de media cuartilla, donde solo resaltaré lo relevante de mi hacer, con el anhelo de seguir la marcha para nuevas historias.
En memoria de mis amigos Fredy y Olguita, gracias por los momentos compartidos en el DCA.