Estoy en un punto en el que pensar en el futuro me hace sentir un poco de agobio. Ahora que reflexiono con calma sobre este tema, para escribir en esta iniciativa, me doy cuenta de que pensar acerca del futuro me causa más ansiedad de la que debería.

Muchas de mis acciones y pensamientos están enfocados a largo plazo, y me doy cuenta de que suelo pasar mas tiempo pensando en lo que haré o tengo por hacer, que en lo que tengo delante o estoy haciendo.

Incluso a veces lo hago sin darme cuenta, y todo es un “después”. Después te llamo, después juego con mi niña, después hago ejercicio, después… Como si el presente fuera aburrido y poco importante.

Hay dos sensaciones acerca de pensar en el futuro que son las que más identifico y son la incertidumbre y la falta de control. Y es lógico, muchas veces es imposible conocer qué va a suceder, incluso aunque tenga las cosas meticulosamente planeadas, casi nunca suceden como las tengo previstas.

Y aunque me doy cuenta que el presente es lo único que importa, y esto es algo que sé desde hace un tiempo, mi mente sigue intentando ir más rápido y sigue insistiendo en no estar aquí, sino allá, donde todo es incierto.

La verdad, pensar a largo plazo y tener planes es importante en nuestras vidas, y eso no está mal, pero cada vez me convenzo más que lo mejor es centrarme en lo que tengo a mano que en la incertidumbre del ¿qué será? Lo bueno de escribir este artículo ha sido poner en orden estas ideas y es algo que debo aprender a usar más en la práctica.

Dicho esto me gustaría agradecer lo que tengo, dejar el futuro un poco a un lado y concentrarme en disfrutar de lo vida en tiempo presente.

PD: Espero no haberme desviado del tema 😄 (Futuro).

Texto Original por el autor.

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