Imagina esto… te empieza a preocupar tu privacidad y comienzas a investigar cómo mejorarla. Lees artículos, ves videos de YouTube, escuchas pódcast, y todos empiezan así:
“¿USAS BRAVE? ¡ESTÁS LOCO! USA FIREFOX. ¿FIREFOX? ¡NI DE CHISTE! MEJOR UN FORK SÚPER MODIFICADO QUE NI IDEA TIENES QUE HACE.”
“¿GMAIL? ¡JA! PÁSATE A PROTON. ¿PROTON? ¡MENUDA TRAMPA! VETE A TUTANOTA. ¿TUTANOTA? ¡NOVATO! MONTA TU PROPIO SERVIDOR.”
“¡LAS REDES SOCIALES TE TIENEN FICHADO! BORRA TODO Y ÚNETE A ESTA RED UNDERGROUND QUE NI TU TÍA QUE COMPARTE PIOLINES CONOCE.”
“¿WHATSAPP? ¡VENDIDO! USA ESTA APP ULTRA-ENCRIPTADA Y OBLIGA A TODOS A USARLA. ¿NO QUIEREN? ¡ADIÓS AMIGOS!”
“TU TELÉFONO ES UN ESPÍA. CÁMBIALO, FLASHÉALO, MÉTELO EN UNA BOLSA DE FARADAY. MEJOR AÚN, ¡TÍRALO POR UN BARRANCO!”
“¿VES ESAS CÁMARAS? ¡TE VIGILAN! PONTE UN PASAMONTAÑAS, YA.”
“TU PC ES UN CHIVATO. USA LINUX, REINSTÁLALO CADA HORA. O MEJOR, CÓMPRATE UNA NUEVA CON EFECTIVO Y NOMBRE FALSO.”
“¿HICISTE LA COSA A? ¡ERROR! VE A LA B. ¿B? ¡PEOR AÚN! PRUEBA CON C. ¿C? ¡ESTÁS JODIDO! D ES LA RESPUESTA.”
Tal vez suene como un chiste, pero me pasó a mí. Comencé a aprender más sobre privacidad, qué estaban haciendo con mis datos, qué atentaba contra mi privacidad y qué medidas extremas debía tomar. Tanto fue ello que terminé con lo que hablaremos en este post y la solución a la que llegué: la fatiga de privacidad.
¿Qué es la fatiga de privacidad?
La fatiga de privacidad es un fenómeno que ocurre cuando una persona, al intentar proteger su privacidad digital, se siente abrumada por la cantidad de información y recomendaciones, a menudo contradictorias, sobre cómo hacerlo [1]. Esto puede llevar a:
- Sobrecarga de información: Múltiples fuentes sugieren diferentes herramientas y prácticas, frecuentemente criticando las opciones de los demás.
- Escalada de medidas: Se recomiendan acciones cada vez más extremas, desde cambiar de navegador hasta abandonar las redes sociales o modificar drásticamente el uso de dispositivos.
- Paranoia y aislamiento: La preocupación excesiva puede llevar a tomar medidas que afectan negativamente la vida cotidiana y las relaciones sociales.
- Frustración y abandono: La sensación de que es imposible lograr una privacidad “perfecta” puede llevar a la renuncia de todos los esfuerzos.
Este fenómeno es peligroso porque:
- Puede llevar a adoptar medidas innecesarias o inadecuadas para las necesidades reales de privacidad del individuo.
- Afecta negativamente la salud mental y la calidad de vida.
- Puede resultar en una protección de la privacidad ineficaz o contraproducente.
Algo a tener en cuenta es el nivel de privacidad que quieres tener y las metas que buscas; no es lo mismo una persona común que solo quiere dejar Google que un periodista que intenta sacar a la luz algún acto de corrupción.
Soberanía digital para mortales
En este caso, solo consideraremos al usuario común, ese que solo quiere mejorar su privacidad y no regalar todos sus datos a un puñado de “corpos”.
Según Fadlala Akabani, en el periódico Excelsior, la soberanía digital se define como «la autonomía y control que un país o entidad puede tener sobre sus propios datos, infraestructura tecnológica y comunicación digitales. Implica la capacidad de tomar decisiones independientes en el ámbito digital sin depender de actores externos» [2]. En pocas palabras, tú decides quién se mete en tus asuntos digitales, considerando tu vida y lo que quieres lograr. No se trata de volverte un ermitaño digital. Es más bien tomar las riendas de tu vida online sin volverte loco:
- Pregúntate: ¿Esta medida va con mis principios o solo me complica la vida?
- Infórmate, pero no te ahogues en un mar de opiniones: Busca fuentes confiables y actualizadas que te brinden información clara y objetiva sobre herramientas y prácticas de privacidad.
- Empieza por lo fácil y que tenga impacto: Busca soluciones que puedas mantener a largo plazo sin que se conviertan en una carga para ti.
- Recuerda: la privacidad perfecta no existe (a menos que vivas en esa cueva), enfócate en mejorar progresivamente tu situación.
Por ejemplo, puedes reducir tu dependencia de Google cambiando tu correo, usando otro navegador o instalando un Android sin las apps de Google en tu móvil. Lo importante es tomar decisiones informadas y que te funcionen.
La fatiga de privacidad puede ser real y abrumadora, pero no tiene que ser el final del camino hacia una vida digital más segura. Al tomar decisiones informadas y sensatas, puedes proteger tu privacidad de manera efectiva sin perder el equilibrio ni sacrificar tu bienestar.
Bibliografia
- Liu, Yizhou, et al. “The Effect of Privacy Fatigue on Privacy Decision-Making Behavior.” Proceedings of the Human Factors and Ergonomics Society Annual Meeting, vol. 67, no. 1, Sept. 2023, pp. 2428–33. DOI.org (Crossref), https://doi.org/10.1177/21695067231193670.
- Akabani, Fadlala. “Soberanía digital.” Excélsior, 21 Feb. 2024, https://www.excelsior.com.mx/opinion/columnista-invitado-nacional/soberania-digital/1636919.