En un universo alterno, las motivaciones humanas se representan como un gracioso juego de "persigue tu cola", ya saben, como los perritos. A veces, mientras se persigue el éxito, la felicidad observa cómodamente desde un sofá riéndose de nosotros. El dinero está en una carrera con el amor, pero ambos se tropiezan con la procrastinación en la línea de meta. Mientras tanto, la fama y la fortuna juegan al escondite con la paz mental, que se esconde detrás de la puerta con el letrero "volveré pronto" y, en el centro de todo este caos motivacional, el café y los snacks mañaneros nos acompañan los lunes por la mañana.
Nuestras motivaciones, ¿qué nos motiva a hacer lo que hacemos, ¿se han hecho esa pregunta?, yo sí. Pienso que es sano despertarnos cada mañana sabiendo que vamos a hacer, claro, por un día que no sea así, tampoco pasa nada, solo digo que se siente bien tener motivos claros y una lista de cosas por hacer. La motivación es esa curiosa fuerza que nos hace hacer lo que hacemos, ya sea enfrentar un gran miedo o simplemente escoger con cuál ropa saldremos. Como seres humanos, estamos programados para buscar significado, ya sea en el trabajo, en nuestros pasatiempos o incluso en el desafío de aprender a bailar salsa casino sin pisarle los pies a nadie (not easy 😅).
Personalmente, siento que la curiosidad y yo tenemos una relación romántica. Desde pequeña siempre fui existencialista, me cuestionaba muchas cosas sobre el mundo en el que vivimos. Era de esos niños que desarmaban cosas, hacía experimentos, leía libros, dibujaba y pare de contar. Esta curiosidad por el mundo y la humanidad me llevo a inclinarme por las humanidades, yo siempre supe que eran lo mío, encontrando satisfacción en aprender cómo funcionamos y conseguir soluciones a problemáticas inherentes a nuestro ser.
Ahora, para mí, no todo se trata de esa curiosidad "cósmica" que me impulsa, también me emociona ver el brillo en los ojos de una persona cuando aprende algo nuevo, ya sea un compañero que finalmente logra dominar la Web3 o un amigo que finalmente entiende por qué los gatos son extraterrestres (sí, los gatos no son de este planeta, pregúntale a ellos 😸). Es ese entendimiento y logro compartido el que me alimenta, me hace desear seguir aprendiendo y enseñando.
Técnicamente hablando, las motivaciones pueden dividirse en múltiples teorías y conceptos: desde la teoría de la autodeterminación que sostiene que buscamos el crecimiento personal y la autonomía, hasta las teorías conductuales que nos ven como criaturas que responden a estímulos y recompensas... Esperen ahí, no nos volvamos demasiado serios, al final del día, todos estamos navegando en un barco llamado vida y buscamos encontrar el viento adecuado para llenar nuestras velas.
Entonces, ¿qué nos motiva realmente? Puede ser la búsqueda del conocimiento, el deseo de impactar positivamente en otros o simplemente la promesa de disfrutar un delicioso postre después de una jornada productiva. Sea cual sea tu motor interno, abrázalo y deja que te lleve a lugares que tal vez no imaginabas. Recuerda, si te encuentras preguntando por qué haces lo que haces, a veces la respuesta más simple está en disfrutar del viaje y encontrar la alegría en las pequeñas cosas.
Les cuento un dato personal, la escritura para mí es más que una habilidad o forma de expresión, es una puerta hacia un universo donde las palabras se mueven al ritmo de mis pensamientos y emociones. Escribo desde pequeña, encontré en las letras un espacio seguro, un medio para explorar mis ideas más profundas y mis sueños más extraños. A escribir me motiva la necesidad de compartir mi mundo interno, mi estilo de vida, mi manera de ver las cosas e historias que de otro modo permanecerían atrapadas en mi mente, como pájaros ansiosos por desplegar sus alas. Cada palabra que escribo es un intento de capturar la esencia de mis pensamientos y sentimientos, con la esperanza de que alguien, en algún lugar, se identifique conmigo, se sienta comprendido o inspirado por mis palabras.
La escritura es también mi manera de entender el mundo que me rodea. Usualmente, las ideas se presentan muy dispersas en mi cabeza como un enredo de hilos, plasmarlas en letras es un acto liberador que me permite ver con claridad y encontrar el orden en el caos. Es un proceso de autodescubrimiento constante, donde cada párrafo es un paso más hacia la comprensión de mí misma. Además, la escritura me conecta con los demás de una manera poderosa, es un puente que atraviesa distancias y barreras, permitiéndome compartir mi voz y experiencias con aquellos que están en diferentes lugares y circunstancias.
¿Ven como escribir me motiva? Siento que la escritura nos desafía e impulsa a mejorar constantemente. Es un arte que requiere habilidad técnica y creatividad, donde cada palabra y cada frase son decisiones conscientes que moldean la narrativa que construimos, pero, más allá de las reglas gramaticales y estructurales, la verdadera magia de escribir reside en la libertad de expresión y en la capacidad de dar forma a mundos enteros. Escribo porque es mi forma de respirar, pensar, sentir y conectar, mi viaje sin fin hacia la autenticidad y la creatividad.
Las motivaciones deberían ser para todos, lo que la escritura es para mí, sin embargo, a veces me siento desmotivada, sin ganas de escribir, curioso, ¿no?, supongo que es parte de ser una frágil y complicada existencia... Como seres humanos sabemos que no todo es maravilloso siempre, pero incluso en esas contradicciones podemos encontrar motivación, de esa que nos mueve para superar los obstaculos y dificultadas de la vida.
El tema de la motivación siento que tiene mucha tela que cortar y en este escrito me permití divagar un poco, así suelo ser, una mente inquieta que se mueve entre ideas. Antes de culminar estas letras me gustaría preguntarte a ti que me lees, ¿cuáles son tus motivaciones?, ¿qué te hace hacer lo que haces? Ya sea que seas una persona bastante estructurada o de las que "mientras va viniendo va viendo", ¿qué piensas en tu día que te hace seguir?