Se dice que desde hace mucho los Nouns han sido denominaciones de entidades, cosas, personas, eventos o hasta seres abstractos. Una de ellas tuvo nombre: Mime, una viajera en el tiempo que queda atrapada en Perú y encuentra una constante de cambio en el concepto del dinero, su valor y su figura a lo largo de los años.
Año 1532.
El último inca, Atahualpa, fue apresado por Francisco Pizarro en su proceso de conquista española. Para su liberación, Atahualpa ordena llenar la habitación de oro y plata del tamaño que lo alto de su brazo alcance. Pese a que se cumple con el trato, este es sentenciado por idolatría , hereje y asesinato.
Mime se encontraba de testigo en la ejecución junto a muchos españoles y pueblerinos, vio como el garrote entró una tras otro en el cuerpo de Atahualpa.
Entre restos, por la madrugada cantó el gallo Hualpa al lado de ella dejándola ensordecida.
Año 2050.
Abre los ojos en su casa por la bulla de las calles, sale a ver por la ventana y las callen se pintan entre árboles frondosos en una eco aldea moderna.
Es el día de elecciones, día para elegir un nuevo gobierno en un mundo autónomo. Va a la plaza donde las máquinas holográficas para seleccionar a los candidatos y revisar su historial basados en los attestations del trabajo que habían hecho en los últimos 15 años dentro de sus metrópolis.
Uno de ellos no era ni peruano, pero su DAO había educado más personas que cualquier otro durante un par de años, logrando fondos retroactivos y convirtiéndose en uno de los más influyentes y con mejor reputación en Perú.
Mime sabe por quién votará, observa su smartwatch y antes de elegirlo escucha un ruido extraño. Voltea a la derecha. Bombas en la plaza.
Año 1990.
Mime, con 16 años e hija de una familia de clase baja, es enviada a comprar un tarro de leche y un kilogramo de arroz, le entregan dos sacos de monedas y billetes para pagarlos.
Una hiperinflación de 2.178,49% arrasaba en las calles, la peor de América Latina con colas interminables y las tiendas de alimentos no queriendo vender más de limitadas cantidades paupérrimas por familia.
Mime tropieza y ve cómo las apenas dos cosas que llevaba a su familia se caen al suelo, se desmaya.
Año 2022.
Al móvil de Mime le llega el mensaje de que aplica para los bonos del Estado, que su presidente Vizcarra le daba una subvención de S/ 380 para cubrir necesidades básicas ante la crisis del Covid-19-un valor que significa para el Perú 100 años de deuda pública.
Mientras Mime hace la cola dentro del banco para recibir su bono, scrollea en Tik Tok el inicio de las CBDCs y se queda viendo cómo Meta Burguer acepta pagar sus hamburguesas con cryptos en uno de los megacentros más influyentes del país.
Dos balazos al techo por un asalto y una pieza le cae sobre la cabeza.
Año 2035.
Despierta a las puertas de Machu Picchu y saca su tarjeta para comprar las entradas, le preguntan si paga con cryptos o soles. Ingresa y puede observar solo la cabeza del inca aún sin hundir sobre el río. Va a Valle Sagrado por un chocolate caliente recién hecho que costaba 5 veces más que en el 2019, la carta digital demuestra la trazabilidad del producto que venía del fundo del señor Eusebio, en lo más profundo de Tocache. Ella ingresa con su chocolate a una sala y disfruta de un concierto privado con más artistas donde un ingeniero musical lanza su nueva composición y pide la minteen en su página a través de un NFT para acceder a su programa de airdrops.
Mime empieza a relajarse y vibrar con la música de la naturaleza, se va quedando dormida hasta que siente que se desequilibra y cae.
Año 2024.
Una curiosa administradora decide hacer un tour por las ciudades de Arequipa, Huancayo, Trujillo, Tacna y Cusco para descentralizar la tecnología blockchain, innovación y creatividad a través de eventos y hackatones. Mime la apoya entre octubre y diciembre como voluntaria para cubrir sus horas de voluntariado que le pedía la universidad. Empiezan a sonar marcas que ella desconoce como Farcaster, Nouns, Pizza DAO, Optimism y otros más.
Mime se sintió reconocida porque le dieron un #praise en un foro, Poaps y un attestation por todo el esfuerzo que había aportado. En su último tour por Cusco, se queda sentada la plaza de Aguas Calientes.
Año 2101.
Desconcertada, Mime se levanta de un coma. A penas ello, es juzgada porque no la reconocen si es humana o burla los patrones de seguridad para humanos. Recibe la visita de inmediato de su abogado y ella suspira agradeciendo haber escaneado su iris hace muchos años. Ya en pie y después de resolver su caso temprano, intenta pero no recuerda nada de lo que ha vivido. Ella es calmada por su abogado diciéndole que no hay problema y que absolutamente todo lo que ha pasado en los últimos 90 años está registrado en la Blockchain, le comparte una hard wallet. Ella ve el historial de todo el dinero que ganó, todo lo que compró, vendió, propiedad intelectual que tokenizó y hasta los contratos heredados de criptos y activos en caso falleciera.
Finalmente, Mime deja de ser un Noun, deja de rebotar entre tiempos y espacios, fallece a las 00:00 horas al final del día y con ella, su legado espiritual, todos los Nouns que vio, creó y conoció no quedan en el olvido, si no en los cientos de cadenas de información que uno tras otros alimentados de acciones y hechos construyeron su historia en este mundo.
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Este relato contiene hechos reales vividos en la historia del Perú, algunos del autor, un plan y muchas adaptaciones de lo que imaginariamente podría pasar.