Lunes 13 de mayo, 2024

Neiva, Colombia

Koyaanisqatsi: De origen en la lengua Hopi, cuenta con múltiples significados, el adecuado a mi realidad es "Un estado de la vida que llama por otra forma de vivir".

Han pasado 13 días desde que he cumplido 24 años, una edad que al pronunciarla puedo sentir el peso en mi ser, una madurez que vislumbro pero no alcanzo, nunca me había sentido tan grande y a la vez soy consciente de la juventud que mis poros exhalan. Quizá por ello es que quiero correr para alcanzar todo sin tomar en cuenta la estamina con la que mi ser cuenta, lo mejor sería redistribuir mis recursos, físicos, mentales, económicos y emocionales de manera efectiva (eficiencia + eficacia), sabiendo que este juego llamado vida es una carrera de resistencia más no de velocidad (con la esperanza de por lo menos vivir lo promedio de mi especie).

Partiendo de esa idea he empezado a pensar (desde hace un tiempo) en las personas y el cómo me relaciono con ellas a largo plazo. He llegado a la conclusión de que prefiero formar vínculos sólidos con un grupo selecto de individuos, en miras de apoyar a la realización personal en sus vidas, ser un pilar y que estas lo sean para mí, que experimentar con muchxs y empezar de cero a crear confianza, cuando sé que ya no será lo mismo, contar un cuento que para ellxs es nuevo, pero yo lo he contado innumerables veces a multitud de personas que no lo han sabido apreciar.

Mi vida no es algo que quiera que muchos conozcan a profundidad. No más.

Siempre había sido muy abierto, expresivo y compartido con mi experiencia de vida, con la esperanza de ver quién había bailado un vals parecido al mío, esto me llevó a depreciar mi intimidad. De la mano de querer encajar con todos por el temor (formado desde edad temprana) del rechazo de los demás (curiosamente ahora lo experimento pero de una manera y con una conexión más profunda).

En lineamiento con "Koyaanisqatsi", mi curiosidad, instinto, corazón y temor me han traído a vivir una temporada en otro país, está aventura le he tomado cómo un reto de crecimiento personal, he dejado mucho atrás, desde cosas mundanas y materiales hasta lo más preciado como mi familia y 23 años de mi vida. He experimentado el miedo en carne propia al sentirme solo y vulnerable pero a su vez la valentía al saber que mi familia me crió capaz, fuerte y siendo una buena persona (o al menos se intenta). En cada paso que doy, cada palabra que sale de mi boca y cada reto que enfrento, ellos están presentes. No suelo decírselos, quizá en este año ni una sola vez, pero lxs amo.

Estoy en busca de esa nueva forma de vivir, de encontrar quién seré, a su vez siéndolo en el proceso, sé que suena extraño. También sé que nunca llegaré a ser, principalmente porque lo estoy siendo ya, en el presente está mi futuro y el pasado pisado está.

Estes escrito vino a mi mente para expresar mi sentir ante una publicación que vi el día de hoy (en el proceso se transformó en una confesión a mi mismo).

Uno de mis ex compañeros de universidad publicó su ceremonia de grado, al ver las fotografías, había un compañero que en su momento menosprecié, que en muchas ocasiones infravaloré por sus pocos conocimientos adquiridos para estar en ese punto de la universidad, el punto en el que yo me salí (pero él no). Esa arrogancia que tenía en mis 20 (y que aún hoy en día se quiere mostrar) se vio humillada, yo no alcancé ese objetivo, no logré lo que creo hubiera llenado de orgullo a mi madre, menosprecié su esfuerzo. Y ese, de quién yo me sentía superior, me venció.

El que fuese el mejor momento de mi vida escolar se transformó en un triste recuerdo del "pudo ser", pero que me dejó las pinceladas de quién soy, de las capacidades y amplias cualidades con las que cuento, las cuales me llevaron a destacar. Ahora me encuentro en el mundo, el cuál es furtivo y se necesita demostrar el poder (de hacer) más que el saber.

Aunque me hace sentir mal no estar en esas fotografías, no me veo en ellas.

Soy una persona muy temerosa, uno de esos temores es que al apuntar tan alto no llegue, pero ahora estamos en el camino y no sabremos si llegaremos hasta estarlo, por lo tanto ahora lo estamos, el temor se difumina.

Este juego se trata de ser feliz.