El director mexicano retrata con intensidad y surrealismo el comportamiento grotesco que exhume el poder. En una hora y cuarenta y cinco minutos, Buñuel nos presenta un círculo muy ajeno para nosotros: la burguesía.

Cada personaje juega un rol particular en la geopolítica de la obra; hombres y mujeres de diferentes países comparten un espacio cultural definido por sus altas cuotas de influencia, su desconexión con la sociedad y el absurdo de sus vidas.

Buñuel exhibe la brecha que aún distancia —cada vez más— a las clases sociales. El surrealismo florece como un paseo por la psiquis de los protagonistas, y demuestra que el origen de los conflictos personales siempre son los mismos.

El discreto encanto de la burguesía es un recordatorio: los miedos habitan en lo más profundo del ser.