Tomo mi cámara y desde el balcón voy jugando con la luz de mi entorno, empiezo a tomar fotos panorámicas de la plaza llena de personas, primero tratando de capturar la esencia de las personas caminando mientras otras están disfrutando de la vista, los niños jugando y corriendo, las personas mayores lanzando maíz y pequeños trozos de pan a las palomas.


Intento capturar cada detalle, alejo la cámara de mi rostro para empezar a revisar las tomas, pero, algo falta, no hay esencia en las fotos que tomé, no reflejan emociones, parecen escenas tristes y aburridas, sin ningún rastro de vitalidad en ellas, “Esto no me sirve, necesito capturarlos de cerca”. Tomo el estuche de lentes y mi cámara, es lo único que necesito y bajo a buscar esas tomas que necesito.


Voy caminando, veo una pareja, busco la lente perfecta que sé que le dará la luz ideal para un ambiente romántico, los enfoco y el sonido me indica que la foto ya fue tomada, pruebo varios ángulos y se ven en la cumbre de la felicidad , entonces solo sucede, ella le dice algo, él cambia su maravillosa sonrisa por una mueca; por como gesticula parece un tanto fastidiado, la chica suelta su mano y se va apartando, me apresuro a cambiar el lente a blanco y negro, como las películas tristes de antaño, ella le responde y ahora están discutiendo, se acaba de romper esa pequeña burbuja rosa que los rodeaba, capturo la escena, enfoco un poco más su lenguaje corporal, capturo la escena, se empieza a alejar por rumbos distintos, capturo la escena.


Me detengo un momento para revisar las tomas mientras veo que se alejan, observo la secuencia de fotos detenidamente, me detengo en la primera foto en blanco y negro, retrocedo una vez y todo está perfecto, los colores, el ambiente, la iluminación, la felicidad plasmada en sus rostros… avanza a la siguiente toma, solo un segundo y todo cambió, sus posturas, sus facciones e incluso el ambiente que antes era tranquilo ahora es hostil. Todos hablamos del amor y las relaciones como algo rosado, esponjoso y hermoso, pero creo que la definición perfecta es una rosa recién cortada, es grandiosa, de un color atrayente, pétalos suaves, pero tiene un tallo con espinas; que no necesariamente deben causar dolor, pero incomodan, nadie habla de esos momentos en una relación, nadie nos dice que de un segundo a otro la lente puede cambiar, supongo que nosotros decidimos luego si volver a cambiarlo o no, pero todo está en nuestros. . manos.


Sigo caminando en busca de otras cosas que capturar sin cambiar el lente aún, veo a una señora menuda caminando muy lentamente, su expresión es extraña, es seria pero de cierto modo melancólica, va vestida de negro completamente, un rosario en la mano derecha y una rosa negra en la izquierda, la observa detenidamente y puedo ver un ligero temblor en su barbilla, como si en ese simple gesto contuviera millones de emociones, capturo la escena, veo como se aleja. En la esquina se consigue con un chico alto y joven, va vestido de la misma manera, un negro profundo, consigo encontrar ciertos rasgos comunes en ellos, la misma expresión agria, apenas la ve da pasos apresurados hacia ella para contenerla en sus brazos, Veo como ahora ambos tiemblan de pies a cabeza mientras se abrazan, capturan la escena, observan su entorno y llega una pequeña niña con un vestidito blanco y zapatos a juego, cambia la lente rápidamente, la niña corre hacia ellos y abraza sus piernas, la señora lentamente se aleja del que parece ser su hijo, se limpia las lágrimas y le regala a la pequeña una sonrisa de felicidad genuina, se agacha para darle un abrazo, capturo la escena, se aleja un poco para observarla bien, la niña dice algo y la que parece ser su abuela se ríe de forma maravillosa, capturo la escena.


Veo como se toman de la mano y se van, no sé en qué momento me han dado ganas de llorar, intento contener las lágrimas pero una se me escapa, me dedico a observar las tomas un rato… claramente perdieron a un integrante de la familia , esas posturas, sus expresiones, paso a la siguiente toma donde sale la niña, ella es ese pequeño punto de luz y de esperanza, seguramente seguirán su luz para poder encontrar la suya propia, un propósito.


Los humanos lastimosamente nos detenemos muy poco tiempo para hablar de las cosas que causan dolor, para hablar de la pérdida, existen muchos tipos de pérdida, si tan solo algunos supiéramos que hablar de eso en el tiempo y con la persona correcta nos puede ayudar a superar o al menos a manejar un poco mejor lo que nos sucedió.


No digo que la tristeza y el dolor pasarán de la noche a la mañana porque sabemos que no es cierto, pero siempre está bien pedir auxilio en un momento de pensamientos oscuros, entiendo que muchas personas son más cerradas o reservadas que otras, pero se debería. . . . empezar a intentar la medicina del habla y en caso de no poder, recurrir a la expresión del dolor por medio del arte, escribir, pintar, bailar o cualquier otra extensión del mismo.


Suelto un suspiro y sigo caminando buscando una última escena, me consigo a un hombre de traje con paso furibundo, lo observa un detalle y parece un empresario, lleva una caja con lo que parecen ser adornos de escritorio y papeles, parece muy tenso, inmediatamente deduzco que se ha quedado sin trabajo, voy haciendo tomas de como el aura que desprende afecta a su alrededor, muchas personas se alejan de él, otras lo miran a la distancia, después de que se va la mayoría empieza a murmurar.
Tomo una foto del cambio que dejó al pasar, no me quedan dudas de que la sociedad es una masa voluble, a veces muchas personas juzgan demasiado, ¿por qué lo habrán despedido? ¿Habrá hecho algo mal?, no sabemos en qué condiciones se encuentran las demás personas, pero estoy seguro de que muy pocos se atreverían a preguntarle a ese señor ¿Cómo estás? Me parece que aún falta mucha solidaridad en el mundo. Son muchas las cosas que pasan frente a nuestros ojos y que obviamos porque “no es nuestro asunto”, sin saber si una conversación con esas personas puede cambiarlo todo.


Ya tengo las fotos que necesito para mi exposición, solo me falta darle un nombre a la galería, creo que el más adecuado sería “El arte de observar la vida”